Los plásticos constituyen uno de los principales materiales dentro de la industria alimenticia. Los envases para alimentos son usados para contener, proteger, distribuir y presentar diferentes alimentos. Por esta razón, es de suma importancia que los materiales que se usan en su fabricación sean aptos para estar en contacto con alimentos para garantizar la seguridad de los productos. Entre los requisitos sanitarios que deben cumplir estos materiales se les exige que no transfieran al alimento sustancias tóxicas, como metales pesados, plastificantes, pigmentos o solventes, que puedan representar un riesgo para la salud del consumidor.
Gracias al peso ligero y facilidad de moldeado del plástico, los materiales de grado alimentario pueden llegar a sustituir a los metales en una gran cantidad de aplicaciones en fábricas y maquinaria para el procesamiento de carne, pescado y aves, lácteos, panadería y pastelería. También, a veces, son la única alternativa en aplicaciones técnicas poco comunes. Se lo suele utilizar además en engranajes, cosquillos y otros elementos para maquinaria.
Los productos plásticos de Plastiflan son aptos para el contacto con alimentos. Además, aumentan la productividad, mejoran la velocidad y seguridad en el proceso de fabricación.
Características de los plásticos aptos para alimentos
Ser Inertes
Los materiales utilizados en envases plásticos deben ser impermeables para que ninguna sustancia externa pueda modificar las características del alimento. Es decir, la calidad del alimento no debe alterarse por la transferencia de componentes del envase al alimento.
Ser adecuados
Hay que tener en cuenta la compatibilidad del material con el alimento que se va a envasar. Debe tener capacidad de protección como la pérdida o absorción de humedad, reacciones oxidativas, pérdida o absorción de compuestos volátiles; efectos indeseables de la luz o posible contaminación de microorganismos.
Ahorro de alimentos y recursos
Cada año se desperdician en todo el mundo alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos. El plástico, en especial en forma de envases, son una solución ideal para combatir este problema. A continuación, algunos ejemplos que demuestran la sostenibilidad del plástico y su contribución a la reducción del desperdicio de alimentos.
Prolongar el periodo de conservación
Los alimentos se conservan frescos por más tiempo cuando se encuentran en un envase de plástico.
Higiene y seguridad
Como mencionamos anteriormente, el plástico protege contra la contaminación de los alimentos y constituye una barrera para los microbios, humedad y rayos UV. El envase plástico también evita los daños físicos, por ejemplo, en el transporte de frutas vulnerables.
Mejora de la sostenibilidad
Al ser más liviano que materiales alternativos, ayuda a ahorrar costos de transporte y recursos. También, al ser resistente a la humedad, calor y frío facilita una conservación adecuada.
Es reciclable
Los envases de plástico conservan su valor incluso después de su primera vida útil. Se pueden reciclar y crear nuevos productos o recuperarse en forma de energía, con lo que se puede ahorrar en combustibles fósiles.