Una de las diferenciaciones más importantes que debemos realizar, si es de nuestro interés entender cómo contribuir a un reciclaje más efectivo en nuestra comunidad; es la de la basura y los residuos. No se trata de símiles estrictos, en lo semántico o definitivo. Los residuos son aquellas materias descartables que tienen su origen en el uso de productos con un propósito definido, y la basura es todo aquel desperdicio o desecho que, si no es tratado, puede producir daños al ambiente. Los residuos se pueden convertir en basura, pero sólo si dejamos de poner atención.
Es tan simple como saber clasificar los residuos por grupos para así evitar que haya mezclas entre materiales que ocasionen una baja en el índice de viabilidad del reciclaje de los materiales que son llevados a las procesadoras. Es por eso que hemos creado esta comprensible guía, que categoriza puntualmente los residuos, y que puedes usar para comprender mejor cómo separarlos.
Categorías de los residuos
Ahora bien, lo que separa a unos residuos de otros es, en algunos casos, sus propósitos y en otros, el material lo que estén hechos. En particular, a las baterías se les reserva una categoría, pues reciclar sus revestimientos y contenidos es extremadamente delicado y puede causar serios daños al ambiente. Además, el litio, con el tiempo, pierde calidad y su facultad electro-conductora, que no se repone, aunque el químico sea tratado o intervenido de alguna forma.
Las demás categorías son: Material de empaquetado (Plástico, vidrio, papel, cartón), metal, electrodomésticos deteriorados, residuos perjudiciales al ambiente, material médico, residuos biodegradables, cosas reutilizables, material de construcción e instrumentos del hogar que no se puedan reciclar.
Sólo por sus nombres, se puede notar lo muy diferentes que son las categorías entre sí, y seguro que sentirás que lo has estado haciendo todo mal, hasta ahora, al embolsar los residuos. Es sumamente apremiante que no continuemos colocándolos en bolsas mixtas, pues esto ocasiona pérdidas sustanciosas de dinero, combustible, tiempo y otros recursos a quienes se encargan del reciclaje en nuestras comunidades.
Ahora bien, otro elemento que contribuye al éxito de esta práctica es la voluntad comunitaria de nuestros urbanismos o conjuntos residenciales; es muy, muy determinante que se fomente la participación, la colaboración y la responsabilidad vecinal de realizar jornadas de reciclaje formales, que permitan ver a todos los beneficios de separar los residuos.
Qué hacer con cada elemento plástico
Primero, hay que separar los materiales que sirvan para empaquetar, ya que están hechos de diferentes componentes. En el caso de los empaques y envases de plástico, integrados mayormente por botellas de cola, fundas herméticas, y pequeñas cajas, lo aconsejable es retirarles todo desecho orgánico que pueda haber permanecido adherido a sus superficies y luego aplastar lo que tenga volumen.
Los recipientes para reciclaje de plásticos, generalmente, son de color amarillo. Si participas directamente en las campañas de recolección de tu comunidad, recuérdales a todos acerca de esta medida.
Siguen todos los objetos de vidrio que se encuentren dañados, rotos o en desuso. Botellas, recipientes y jarras son los principales implementos de vidrio que consideramos tener en nuestros hogares, los cuales son preferidos a la hora de reciclar.
También si hay vidrio de ventanas rotas, es posible aprovecharlo. En el caso de los vidrios de espejos y autos, esos deben ser descartados totalmente. Los botes verdes corresponden a este tipo de residuo.
Los residuos de papel y cartón como periódico, revistas, libros, cajas para huevos, deben ser aplastados y purificados antes de depositarlos en sus recipientes azules. Los residuos metálicos resultantes de empaques, latas u otro tipo de recipientes, deben ser aplastados tanto como sea posible, se les debe remover todo resto de alimento, y lavados; habrá que descartar aquellos que tengan grasa o mugre seca fuertemente adheridas. Para disponer de este tipo de residuo, habrá que acudir a chatarrerías que paguen por el total del peso del metal recolectado.
Las baterías que vayan a reciclarse, deben estar libres de humedad y haber permanecido aisladas de cualquier cosa que pudiera contaminarlas. Sólo las baterías recargables y baterías con fugas deben ser consideradas para el reciclaje. Se depositan en botes que muestran señalización alusiva.
Todos los electrodomésticos que se encuentren en desuso por desperfectos, fallas o males de fábrica deben ser llevados con agentes especializados o estadales que se encarguen de desarmar y procesar estos implementos de manera correcta.
Tendrás que averiguar a qué institución puedes acudir para esto. Aquí en el Ecuador, contamos con el apoyo de Vertmonde, que se dedica a la recolección de residuos de este tipo.
Residuos perjudiciales para el ambiente como aceites sintéticos y productos de caucho, deben ser entregados a las autoridades competentes en caso de que hayan sido manufacturados sin aditivos u otros elementos contaminantes. Los residuos médicos como medicamentos vencidos, deben ser depositados en botes señalizados de manera alusiva.
Por último, los residuos biodegradables como restos de comida y frutas, pueden ser aprovechados en casa como abono para plantas. La ropa vieja y usada, manteles, sábanas y muebles que estén en buen estado, deben ser llevados a entes de caridad u orfanatos para que puedan ser aprovechados; para los residuos de muebles que se hayan roto o perecido al tiempo, se debe contactar a un servicio especializado que pueda disponer de ellos, por lo que puede que haya que pagar.