El plástico, un invento revolucionario mal utilizado

Es muy común para muchas personas relacionar directamente la palabra “plástico” con una sensación negativa, poniendo como ejemplo la contaminación en los mares o el exceso de basura en las calles. Pero la verdad, ha sido un invento revolucionario.

Pero, ¿es malo un invento que no tiene más de dos siglos de existencia?

El plástico y sus diversos grupos, por los cuales se divide, fueron creados para aportar diversas soluciones a actividades del día a día de las personas. Como inventos que permitieron mejorar muchos aspectos de la innovación tecnológica, siendo un invento revolucionario.

A principios del siglo XX, las fórmulas de celuloides evolucionaron a polímeros plásticos, con el fin de encontrar soluciones resistentes a materiales que empezaron a escasear. Por ejemplo, el marfil, a causa de la excesiva muerte de elefantes para obtener la materia prima.

Desde entonces, el plástico y sus variantes mantuvo una constante evolución para el desarrollo industrial. Permitió, por ejemplo, que la industria de la construcción desarrollara importantes materiales. Ejemplo, las tuberías de distribución de agua o electricidad, para poder amplificar la cobertura de los servicios.

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Avances gracias al plástico

Las nuevas tecnologías no se hubieran desarrollado hasta donde hoy las conocemos si no fuera por la aparición del plástico, la que permitió una gran evolutiva.

Sin embargo, este mismo avance magnificó la cantidad de productos que fueron posibles crear con el plástico. Su evolución no fue a la par con la educación necesaria para las personas; ni para que los Estados sepan manejar el residuo generado.

En la primera mitad del siglo XX, antes del uso comercial del plástico, el manejo de desechos normalmente terminaba en la incineración casera de los mismos. Por ejemplo, los alimentos se transportaban en fundas de papel y las mismas eran quemadas, generando una gran polución del aire, pero a su vez generando un hábito de un constante desecho y generación de basura.

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Una perspectiva

Con la llegada del plástico, la cantidad y variedad de envases permitió que muchos más productos lleguen a los hogares de las personas. Sin embargo, su hábito de generación de basura no cambió radicalmente. Por lo que la costumbre de desechar recipientes se mantuvo.

El plástico no es negativo en sí, sino cómo las personas lo tratan y cómo las políticas gubernamentales tampoco colaboran para tratarlo. Una bolsa plástica no sale de la fábrica hacia el mar directamente, sino que previamente llega un punto intermedio donde no recibe el tratamiento adecuado.

Se convierte en un desecho perjudicial cuando las personas no le dan un segundo uso, reciclando o reutilizando. A su vez por la falta de protocolos y proceso adecuados por parte de las instancias estatales para que esos residuos encuentren una segunda instancia.

Es importante profundizar en una educación con conciencia para que el uso del plástico no sea mal visto; sino la forma en cómo se lo trata posteriormente a su uso. Esto para que no sea un residuo inútil, totalmente alejado a su intención inicial de brindar soluciones a las personas e innovaciones tenológicas.